¿El urbanismo ha llegado a su fin?
Resumen
El urbanismo tal como lo conocemos hoy en día implica una actividad de remoción. Sus fundamentos refieren a la creación de condiciones que permitan el surgimiento de nuevas comunidades y la desaparición de una tabula rasa. Desde la segunda mitad del siglo XIX ha servido como herramienta para despejar, depurar y hacer rentables áreas urbanas, suburbanas y rurales existentes. Todas las tareas implícitas en el planeamiento incluyen, por tanto, una especie de destrucción. Ya sea bajo el rótulo de erradicación de tugurios o con el fin de simplificar infraestructuras y crear espacios públicos, o como parte de la planificación de nuevas urbes hacia donde los pobladores rurales o de las ciudades son trasladados por los gobiernos o atraídos por los urbanistas, la disciplina provoca alienación en la medida en que hace borrón y cuenta nueva.