RESTAURACIÓN DE LA CASA DE HERMANDAD DE LA IGLESIA PENITENCIAL DE JESÚS NAZARENO EN VALLADOLID
Resumen
La restauración realizada acomete la consolidación de las diferentes tapias y muros de tierra existentes en el edificio de la Casa de Hermandad, además de dar respuesta a los requerimientos arquitectónicos y funcionales del proyecto. Las obras realizadas han aportado soluciones constructivas y reparadoras específicas para cada una de las patologías y lesiones encontradas, que ilustran un campo de experimentación necesario para la recuperación de las tapias de tierra y que se exponen en la presente comunicación. El edificio de la Casa de Hermandad se encuentra adosado a la Iglesia Penitencial de Jesús Nazareno. La iglesia está fechada en 1676, año en que finalmente se terminó de cubrir la nave. Anexionada al brazo sur del crucero se encontraba la sacristía y, a continuación, la casa del capellán que aparece citada en un documento de 1695. En el año 1721 se edificó otra casa para el capellán, está vez anexionada a la derecha de la iglesia, en el lado de la epístola, que vendría a cubrir las carencias de espacio de la antigua y su mal estado de conservación. Sobre los restos de esta antigua casa, y a continuación de la sacristía vieja, comenzó a edificarse en el año 1734 la Casa de Hermandad. Años más tarde se reedificaría también la sacristía con espléndida tracería barroca. A finales del siglo XIX se demuele una zona de la Casa de Hermandad, se desmonta la fachada original de la iglesia y se corta el primer cuerpo de la nave. Este lamentable suceso viene motivado por las reformas urbanas de la época que propiciarán la construcción del nuevo Ayuntamiento. En ellas se traza una nueva alineación para la calle del Jesús que obliga a la pérdida de parte del solar en el que se encuentran los edificios. En contraprestación, el Ayuntamiento de la ciudad levantará una nueva fachada para la iglesia y permitirá la elevación de una planta a mayores en la reconstrucción del edificio. Así es cómo en el año 1885 se reedifica la Casa de Hermandad, que ocupará los restos de la anterior y se prolongará por encima de la sacristía barroca, llegando hasta nuestros días con el aspecto que actualmente presenta. Los datos históricos resultan fundamentales para comprender el estado actual de conservación del edificio y poder acometer con seriedad el Proyecto. En el proceso de restauración quedaron a la luz los gruesos muros de la iglesia en los que se apoyan las vigas del edificio de la Casa de Hermandad. Estos muros están construidos mediante tapias mixtas de ladrillo y tapial con verdugadas de ladrillo de dos hiladas. También aparecieron tapias sólo de tierra, de diferentes épocas y con distintos procesos de degradación, que han confirmado las fases constructivas del estudio histórico. El muro de la Iglesia presentaba patologías por asiento de los cajones de tapial. Este hecho produce la rotura de la trabazón de las verdugadas de ladrillo con los machones, lo que da lugar a la aparición de fisuras verticales en el acabado de los paramentos. Estas fisuras se corresponden con la junta de unión entre las tapias y los machones de ladrillo y, aunque no suelen comprometer el comportamiento estructural del muro, deben retacarse con material.