SUELOS SUPERFICIALES Y BARROS DE EXCAVACIÓN PARA PILOTES
Resumen
En el centro-oeste santafesino, al igual que en otras regiones de la República Argentina, el suelo es el recurso natural más abundante, sino el único, para ser utilizado como material de construcción. Tradicionalmente ha sido aprovechado para la confección de ladrillos cocidos comunes de elaboración artesanal, técnica ampliamente difundida en la región. Su utilización en condición cruda y estabilizada es resistida y hasta desconocida en las distintas esferas de la población, sea por razones de uso, costumbres constructivas o bien culturales. En las dos últimas décadas, el aprovechamiento conforme al uso tradicional ha presentado complicaciones en algunas zonas, debido al significativo ascenso de la capa freática hasta niveles cercanos a la superficie. Este hecho, además, ha generado pérdida en la capacidad portante del terreno y cambios en las conductas tradicionales de cimentación de las construcciones, lo que implicó el paso de fundaciones superficiales a profundas mediante pilotes, aún en edificaciones de pequeño a mediano porte. La técnica empleada en la ejecución de pozos para pilotes colados in situ involucra la inyección de agua, generando barros de excavación que constituyen un residuo de construcción y demolición (RCD) de estado inicial líquido, donde el contenido de agua es del orden del 50% del peso seco del suelo. Este tipo de residuo no es aceptado en rellenos sanitarios, fundamentalmente si se hallan construidos en positivo, como se da en la ciudad de Rafaela, cabecera de dicha región. En razón de estas circunstancias, desde el año 2003 la U.T.N. F.R.Ra. ha venido practicando investigaciones sobre ladrillos de suelo altamente comprimido, estabilizado con cemento, tendientes a promover su uso en vivienda de interés social. El objetivo del presente trabajo es comparar resultados de ensayos de laboratorio sobre este tipo de ladrillos, confeccionados a partir de suelos superficiales de naturaleza arcillosa, pertenecientes al horizonte B, y mezclas de suelos más profundos (hasta 12 m) provenientes del secado de los señalados barros de excavación, cuya naturaleza es predominantemente limosa, pertenecientes en forma mayoritaria a la formación pampa y, en menor grado, a los horizontes B y C. El modelo de ladrillo confeccionado, dado su configuración y acabado, permite elaborar mamposterías económicas al no requerir de mezcla de asiento ni revoque exterior. Las investigaciones se han centrado en lograr durabilidad, resistencia y buen aspecto de los especímenes.