LOS VALORES Y SIGNIFICADOS DEL PATRIMONIO VERNÁCULO EN TIERRA: SU RELACIÓN CON LA CONSERVACIÓN Y CON LA CONSTRUCCIÓN DE NUEVAS OBRAS EN LA REGIÓN DE CUYO - ARGENTINA
Resumen
En nuestra región, particularmente en Mendoza (Cuyo - Argentina), el patrimonio vernáculo en tierra ha quedado aislado como elemento arcaico dentro del proceso cultural. Es decir, es algo que pertenece al pasado, ya no está vinculado a un “modo de construir emanado de la propia comunidad”, en tanto arquitectura tradicional o espontánea sin mediación profesional o especializada. Ha contribuido en esta ruptura tanto el efecto destructivo de los sismos sobre las construcciones antiguas de tierra cruda como el hiato cultural producido por el abandono y desprestigio del material y los sistemas de tierra. Hoy la arquitectura de tierra vuelve como una novedad impuesta por la moda. Nuestra ponencia propone plantear en forma preliminar las hipótesis acerca de la determinación de valor y significado, enmarcado en el PICT “Bienes Culturales y Desarrollo local”, en este caso particularmente dirigido al patrimonio de tierra cruda y los problemas que presenta su conservación, mantenimiento o restauración. Buscaremos identificar los nudos de la problemática que liga la conservación del patrimonio vernáculo y el desarrollo de arquitectura actual con material de tierra cruda. Asimismo, intentaremos explicarnos cómo se vinculan entre sí los diferentes bienes identificados como “arquitectura de tierra”, tanto en cuanto a los significados como en cuanto a las prácticas. Podemos identificar (según la categorización de Raymond Williams) los elementos arcaicos (patrimonio museístico), los residuales (originados en el pasado y resignificados en el presente) y los emergentes (nueva arquitectura en tierra). Nuestro trabajo en investigación histórica y tecnológica se ha centrado en la consideración y estudio de los elementos residuales, como componentes “activos” en el presente, capaces de admitir y alimentar nuevos significados. Si entendemos que los saberes y prácticas tradicionales vinculados a los sistemas de tierra fueron desplazados a un ámbito desvalorizado de la cultura, su reinstalación productiva en el presente dependerá de los procesos de resignificación (en lo simbólico) de sus valores, considerándolos precisamente elementos residuales factibles de ser reformulados como un capital cultural en la actualidad. Este proceso es paralelo al necesario y esperable mejoramiento técnico que el desarrollo científico-tecnológico del presente puede aportar al uso de la tierra como material de construcción. Los enfoques culturales aferrados a lo arcaico son ineficaces con relación al uso social del patrimonio histórico por cuanto lo convierten en objeto de contemplación y sacralizan la relación con el pasado, proponiendo un consumo pasivo, distante, ritualizado. Aquellos otros que se asientan exclusivamente en lo emergente olvidan y desvalorizan el capital cultural del pasado. El camino más comprometido y responsable parece orientarse a propuestas que apunten a articular el pasado con el presente a partir de los elementos residuales y se apoyen en la resignificación de los mismos dentro del proceso social actual.