La construcción de tierra en los tratados y otros escritos
Resumen
El contenido de esta comunicación pretende recordar que en tres de los momentos decisivos para el protagonismo del ser humano, mundo clásico, Renacimiento e Ilustración, se valoraron las virtudes de la tierra y que las grandes culturas y las más refinadas civilizaciones construyeron con arcilla, cuando así les convino, considerándola como uno más de los materiales que podían ser usados para realizar sus edificios más célebres, sus palacios más ricos y sus construcciones más sorprendentes.
La tierra ha sido apreciada siempre por los constructores profesionales de cada época que sabían cómo utilizarla, con qué técnica usarla , en qué zonas del edificio incluirla o dónde preferirla. Así lo confirman los Tratados de Vitrubio, Alberti, Rusconi, Rondelet o Villanueva y los escritos de Caramuel, Cointeraux, del Rosso o Cobbet.
Repasando los textos de los grandes recopiladores del saber y de los famosos viajeros vemos que muchos siglos antes de nuestra era hablan de los edificios de tierra como habituales allí donde el clima o el dominio constructivo así lo aconsejaban. Las narraciones de Herodoto, Plinio o Tácito, las recopilaciones de San Isidoro o Diderot, las crónicas de Díaz del Castillo y de el Inca Garcilaso, los relatos de Idrisi, Ibn Battutah o Alí Bey y las noticias de los embajadores como Pinheiro da Veiga son sólo un testimonio escrito sobre la habitual presencia de la tierra junto al hombre.
Las extraordinarias posibilidades de adaptarse a las situaciones más adversas y los climas más variados así como su extrardinaria belleza han dado a la tierra un puesto destacado en obras de arquitectos tan famosos como Fatty, Le Corbusier o Lloyd Wright, profesionales que como Scamozzi, Guarini o Summerson percibieron claramente que no es el material utilizado en un edificio el que consigue que sea bello sino el lenguaje constructivo empleado para diseñarlo.