Caruna, el rescate de un aislante natural de tierra
Resumen
En un clima extremo como es el Altiplano, la mayoría de viviendas ha perdido sus cubiertas de paja debido a la falta de mantenimiento y la fuerte acción del viento. Éstas cubiertas con terminación de paja contaban con un cielo de barro en su interior que funcionaba como terminación y aislamiento térmico. En su lugar, éstas han sido reemplazadas por cubiertas de zinc alum y aislantes de fibras procesadas, o en ocasiones directamente sin aislante. En este contexto, a 4.090 metros sobre el nivel del mar, se encuentra en el altiplano chileno el poblado de Tacora. En esta localidad se ejecutó, desde febrero de 2018 y durante diez meses, el programa de capacitación en restauración de fachadas, a cargo de la Fundación Altiplano. El objetivo del programa fue restaurar cincuenta y dos fachadas en una escuela taller de empleo y aprendizaje de técnicas de conservación de patrimonio de tierra. Durante la ejecución del programa se recuperaron técnicas constructivas locales, como el aislante natural de barro y paja, conocido localmente como caruna. El presente artículo propone esta técnica como alternativa de aislamiento térmico para las cubiertas tradicionales y contemporáneas del altiplano, con el fin de que sean más naturales y adaptadas al medio que las actuales. El artículo
describe el proceso de fabricación de la caruna en el marco del programa de capacitación para su puesta en valor, divulgación y réplica en otros contextos similares. El proceso de fabricación de la caruna se logró a través de la tradición oral de los capacitados del programa, que recordaban el uso de esta técnica entre sus antepasados, y que junto al equipo técnico de la Fundación Altiplano participaron en el desafío de replicar esta técnica en dos de las viviendas restauradas del poblado, destinadas a emprendimientos de turismo sostenible de la Ruta de las Misiones-Saraña.