Bahareque de Alegría. El rol de la mujer en la construcción social del hábitat

Resumen

La Producción Social del Hábitat rural tiene como característica principal la autoconstrucción, basada en el pre saber local; y el uso de materiales naturales locales. Esta concepción del espacio de habitar como camino de la vida, guía a través de la configuración espacial, el desarrollo humano. Las características particulares de las viviendas rurales, donde la espacialidad se configura bajo conceptos de solidaridad y comunidad son poco entendidas, si se leen desde la habitabilidad en su forma más “moderna”. La vivienda rural en su núcleo, resguarda lo más preciado: la familia, sin
distinción de su configuración. Y los espacios comunitarios como la cocina, quedan abiertos, como una invitación a la mesa comunitaria. Los patios en la ruralidad, se abren hacia todas direcciones y se pierde la línea de lo privado en sus múltiples usos. Conocer la forma de construcción de la vivienda rural y la manera en la que se habita permite desarrollar propuestas que respeten el pre saber1 local al momento de incorporar nuevas tecnologías sin desvirtuar las dinámicas de convivencia en ella. El rol de la mujer en este proceso de conservación de la tradición constructiva, es muy importante, ya que implica el reconocimiento de sus capacidades en la Producción Social del Hábitat. Para este objetivo se desarrolló un proceso de fortalecimiento de las capacidades constructivas de las mujeres del Caserío Potrerillos, Alegría, Usulután; en un proceso de capacitación horizontal participativo, inclusivo y con enfoque de género, lo que da como resultado, un grupo de mujeres expertas constructoras. Es decir, se logra el reconocimiento de la participación de la mujer en la Producción Social del Hábitat.