Cómo lee la gente que lee... música
Resumen
No se lee música como se lee un relato, una tesis, un mapa o un calendario. Pero si se piensa en el fenómeno de la lectura en música, quien ha sido partícipe de algún evento musical puede hacer ciertas transacciones que uno que no lo ha hecho. El punto central de este trabajo es reflexionar sobre qué supone leer música. Leer música es un hecho que está muy relacionado con la ejecución de un instrumento. Por eso es necesario desdoblar el fenómeno de lectura musical y verlo desde dos puntos de vista, uno de los cuales presupone al otro pero no recíprocamente. De hecho, una partitura se escribe para ser ejecutada en el instrumento para el que fue escrita. Sin embargo al abordar una partitura, no es posible tener todas las certezas a priori, aunque a veces se esté tentado a creerlo, porque los mecanismos que se ponen en funcionamiento no son en todos los casos tan parecidos a los de una lectura convencional. Frente a una partitura, el intérprete puede tener algunos ‘conocimientos previos’ como la propia clave, la armadura de clave, o la tonalidad, unidad de compás, en la que está la composición pero no puede prever las alteraciones accidentales, ni qué sucederá después de una doble barra. Al leer música entran en juego una multiplicidad de factores que atienden cuestiones propias del sonido y otros que de alguna manera lo ‘apuntalan’. Leer música supone el instrumento, y poder captar la intencionalidad del compositor marca la diferencia.