COVID y el cambio del ruido urbano ¿Qué nos dejó de enseñanza?
Resumen
La irrupción de la COVID-19 sorprendió a todo el mundo, que para controlar su propagación las autoridades sanitarias de todos los países impusieron el cierre total de actividades no-esenciales, obligando a las personas permanecer en sus viviendas por varios meses, situación que provocó la reducción de contaminantes ambientales. Para el caso del ruido ambiental la disminución de su nivel sonoro fue notable, que en el contexto urbano general los habitantes de las ciudades tuvieron la oportunidad de experimentar la modificación del paisaje sonoro, principalmente en la noche. Esta ponencia comenta el cambio particular de la vecindad frente al ruido a posterior de la pandemia, ya que en la práctica profesional encontramos mayor cantidad de quejas a molestias por ruidos que antes de la pandemia no eran advertidas por las personas, siendo que esas fuentes emisoras ya existían, esto indica que la gente tiene registrada en su memoria cuán bajo puede ser el ruido dentro de sus viviendas a partir del momento que esas fuentes volvieron a funcionar. Esta realidad también puso en evidencia la incompletitud de las ordenanzas en materia de ruido molesto, ya que la legislación base es del 2003 y no ha sido actualizada.